LÁGRIMAS DE SANGRE.
Esta amaneciendo, la luz empieza a deslumbrar mi cama como sucedió ayer, y como sin lugar a dudas mañana pasará. Pero hoy es distinto, el mundo que se ilumina y se despierta también es distinto. Mi cuerpo y mi mente no son los mismos, y me pregunto: es un sueño, no puede ser realidad.
Me siento sucía, mis ojos están llorando lágrimas de sangre y soy incapaz de disfrutar de la luz. Y por qué?
Al acostarme ayer como cada noche pude contestar a esa pregunta por la que un día más mi vida había tenido sentido. Has sido feliz Irina? SI.
Sin más, me dormí para luchar al día siguiente con una única finalidad: tener el valor y la fuerza para acostarme y contestar otro día más un si.
Pero hoy es distinto, la mente me da mil vueltas, me pasan por la frente mil preguntas, el corazón no es el mismo, su ritmo no puede contestar a ninguna pregunta, solo mis ojos pueden reaccionar a esa luz que por momentos es deslumbrante.
Desencajada en la cama, no intento buscar quien tiene la llave de mi cuerpo, quien tiene el poder sobre mis lágrimas, quien tiene el corazón de piedra para permitir un despertar así a un ser humano.
En silencio.... los segundos son minutos, los minutos horas y yo mujer de palabra no puedo pronunciar ni unos buenos días família.
Me siento en la esquina de la cama y en uno de esos segundos observo un objeto. Con solo verlo mi cuerpo reacciona, esas preguntas dejan de pasar por mi mente y aún con manchas de sangre en la cara, salgo a la calle e intento al máximo no luchar por un SI sino simplemente luchar por un NUNCA MÁS.
Ese once de marzo de 2004 al acostarme mi mente no me traicionó y no me cuestionó si fui o no feliz pero si pude afirmar: Irina no estás sola en este camino que nos toca vivir. Hoy todo el mundo de una forma u otra ha visto y lucha por la sonrisa de tu payaso.
A la vida solo le pido una cosa: Vivir en paz.
Me siento sucía, mis ojos están llorando lágrimas de sangre y soy incapaz de disfrutar de la luz. Y por qué?
Al acostarme ayer como cada noche pude contestar a esa pregunta por la que un día más mi vida había tenido sentido. Has sido feliz Irina? SI.
Sin más, me dormí para luchar al día siguiente con una única finalidad: tener el valor y la fuerza para acostarme y contestar otro día más un si.
Pero hoy es distinto, la mente me da mil vueltas, me pasan por la frente mil preguntas, el corazón no es el mismo, su ritmo no puede contestar a ninguna pregunta, solo mis ojos pueden reaccionar a esa luz que por momentos es deslumbrante.
Desencajada en la cama, no intento buscar quien tiene la llave de mi cuerpo, quien tiene el poder sobre mis lágrimas, quien tiene el corazón de piedra para permitir un despertar así a un ser humano.
En silencio.... los segundos son minutos, los minutos horas y yo mujer de palabra no puedo pronunciar ni unos buenos días família.
Me siento en la esquina de la cama y en uno de esos segundos observo un objeto. Con solo verlo mi cuerpo reacciona, esas preguntas dejan de pasar por mi mente y aún con manchas de sangre en la cara, salgo a la calle e intento al máximo no luchar por un SI sino simplemente luchar por un NUNCA MÁS.
Ese once de marzo de 2004 al acostarme mi mente no me traicionó y no me cuestionó si fui o no feliz pero si pude afirmar: Irina no estás sola en este camino que nos toca vivir. Hoy todo el mundo de una forma u otra ha visto y lucha por la sonrisa de tu payaso.
A la vida solo le pido una cosa: Vivir en paz.
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